Escrito por: Daniel Tapia Sánchez, Director General de Banco de Alimentos de Culiacán.
Cuando recién se declaró la contingencia por COVID 19 en Sinaloa, en
nuestra organización solo nos limitábamos a ayudar a comunidades de
Culiacán y algunas de Navolato.
Sin embargo, conforme fue avanzando la contingencia, el cierre de
negocios y las demás complicaciones económicas, nos empezaron a
solicitar ayuda de comunidades rurales de Cosalá, Mocorito,Elota, San
Ignacio, Angostura y Badiraguato. Esto volvió aún más retador nuestra
intervención, los diversos factores los fuimos encontrando a medida que
apoyábamos a comunidades más alejadas de la capital del estado.
Las comunidades más alejadas de la capital y con menor posibilidad de
producción de alimentos en lo local, fueron experimentando la
problemática de la asequibilidad del alimento es decir, no habían
alimentos disponibles y los que habían eran demasiado costosos, por lo
tanto inaccesibles para muchas familias de escasos recursos.
A medida que fuimos atendiendo comunidades de la zona serrana de
Cosalá, Mocorito o Badiraguato, pudimos ver de primera mano, que el
alimento tiene un valor infinitamente superior a medida que te alejas de
la ciudad capital, y no solo en lo económico, sino también en la
disponibilidad y calidad del mismo.
No es lo mismo un kg de tomate a una comunidad de Navolato donde se
produce mucho de este producto y generalmente las familias pueden
acceder fácilmente a este alimento, a un kg de tomate en una
comunidad de Badiraguato, donde este alimento no se produce y llevarlo
a esas comunidades por cuestiones de distancia, resulta costoso para el
comerciante por consecuencia, para el cliente final.
A menos de 100 km de la ciudad capital, el mismo tomate incrementa
su costo entre un 30 a un 50 por ciento, hecho que lo vuelve poco viable
para una familia de escasos recursos de las comunidades más alejadas
de Culiacán o Navolato, por consecuencia, esto va generando una
inseguridad alimentaria en todas esas familias. Alimento escaso y para
variar, costoso.
La falta de acceso a alimentos nutritivos puede tener graves
consecuencias para la salud de las personas. La malnutrición, que puede
ser tanto por exceso como por defecto, es un problema creciente en
todo el estado. Las personas que no tienen acceso a alimentos nutritivos
pueden sufrir de deficiencias nutricionales, lo que puede llevar a
enfermedades crónicas y problemas de salud mental.
Además, la falta de acceso a alimentos nutritivos también puede ser un
factor en la obesidad y otras enfermedades relacionadas con la dieta. La
asequibilidad del alimento es un tema que nos debe preocupar a todos,
sobre todo tomando en cuenta que una importante y viable alternativa
de solución son los Bancos de Alimentos.
Sin embargo, nuestra organización se enfrenta también a grandes retos
cuando de volver asequible el alimento a comunidades se trata; la
primera y más importante, es la infraestructura para almacenar y
distribuir el alimento disponible y el segundo, los altos costos de los
hidrocarburos que vuelven en ocasiones poco sostenible el llevar estos
alimentos a las comunidades más alejadas.