Por movilidad social se entiende a la capacidad que tiene una persona para cambiar su situación económica o social, tomando en cuenta sobre todo, la situación de generaciones pasadas. En otras palabras, la movilidad asocial es cuando alguien mejora o empeora su nivel de vida a lo largo del tiempo.
Dicho lo anterior, existen diferentes tipos de movilidad social. La movilidad ascendente se da cuando una persona logra mejorar su vida en términos económicos o laborales. Por ejemplo, alguien que nace en una familia con pocos recursos, pero estudia y consigue un buen trabajo, mejorando por ende su situación.
Por otra parte y en sentido contrario, la movilidad social descendente es cuando una persona empeora su situación económica o social. Un caso sería cuando una persona que creció en una familia de clase media, pierde su empleo o su situación económica empeora, lo que ocasiona que su nivel de vida vaya a la baja.
Hay diversos factores que influyen en la movilidad social, uno de los más importantes es la educación, la cual es clave para mejorar la situación de una persona. Quienes logran estudiar más, suelen tener mejores oportunidades laborales.
Otro factor relevante es la economía. Una economía que crece y ofrece buenos empleos puede ayudar a que más personas mejoren su nivel de vida. En cambio, cuando la economía está mal, puede ser más difícil progresar.
Sin duda otro factor que no podemos dejar de fuera por su relevancia, son las políticas del gobierno. Programas que dan becas, apoyos para empleo o facilitan el acceso a la salud también ayudan a que las personas tengan más oportunidades para mejorar su vida.
Otro punto muy importante que influye enormemente en la movilidad social de las personas son las condiciones personales: En muchos casos, cosas como el lugar donde se nace, el género o la raza pueden influir en qué tan fácil o difícil es avanzar en la sociedad, ya que algunas personas pueden enfrentar más barreras que otras.
La movilidad social es importante porque refleja si una sociedad ofrece oportunidades para que las personas mejoren su vida. Cuando hay poca movilidad, es más difícil para las personas salir de la pobreza o mejorar su situación, lo que puede aumentar la desigualdad.
En México, la movilidad social es baja, especialmente para las personas que nacen en situaciones de pobreza. Se estima que 49 de cada 100 mexicanos que nacen en el grupo más bajo de la escala social permanecen en esa condición durante toda su vida. Además, 25 de cada 100 no logran superar la línea de pobreza, lo que significa que 74 de cada 100 personas que nacen en los estratos más bajos siguen en situación de vulnerabilidad económica.