El desperdicio de alimentos en el sector hortícola es una preocupación significativa a nivel mundial. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente el 55 por ciento de las frutas y hortalizas se pierden o desperdician a lo largo de la cadena de suministro alimentario.

En el 2023 según datos de CODESIN, Sinaloa produjo aproximadamente 2.65 millones de toneladas de hortalizas. Si consideramos que se desperdicia un 15 por ciento cuando menos y siendo muy conservadores, Sinaloa desperdicia aproximadamente más de 397 mil toneladas de hortaliza.

En 2024, el gremio hortícola donó al Banco de Alimentos de Culiacán un aproximado de 1,800 toneladas de hortaliza, un número muy grande de toneladas de alimento que sirvió para ayudar a casi 150 mil personas en pobreza del estado.

Pero más allá que este es un gran número, no representa siquiera el 1 por ciento de todo el alimento apto para consumo humano que termina en la basura o bien, alimentando el ganado. Todavía hay, según cálculos bastante conservadores, 395 mil toneladas de alimento disponibles.

El gremio hortícola ha innovado e invertido en evitar el desperdicio, han implementado lo que se denomina agricultura de precisión con tecnología, la cual consiste en por ejemplo; sensores en tiempo real para monitoreo de humedad, temperatura y condiciones del suelo, reduciendo pérdidas por sobreproducción o condiciones adversas no detectadas, drones y satélites que evalúan cultivos para determinar el momento óptimo de cosecha.

Software de planificación de la demanda; implementación de algoritmos de inteligencia artificial para alinear la producción con la demanda real de mercados y reducir con ello los excedentes. Cosecha selectiva automatizada; robots agrícolas que recolectan solo los productos maduros, dejando los demás para cosechas futuras.

Para el aprovechamiento de los desperdicios agrícolas o mermas como son conocidos también en el gremio agrícola, se han implementado estrategias para la producción de energía renovable, como biogás o electricidad mediante biogestores.

También existen la conversión de residuos agrícolas en compostaje o biofertilizantes que enriquecen el suelo y reducen la necesidad de fertilizantes químicos.

Además de otras eficientes e innovadoras estrategias para la reducción del desperdicio y para el aprovechamiento del mismo, sin duda uno de los aliados más importantes del sector siempre serán los Bancos de Alimentos.

Una vez nuestra organización tenga la capacidad suficiente para poder recibir más de las 1,800 toneladas que normalmente recibimos al año, se reducirán las toneladas desperdiciadas, las consecuencias ambientales por el mismo, y lo más importante; reduciremos la pobreza y pobreza alimentaria en nuestro estado.