La canasta alimentaria es un concepto clave para medir el bienestar y la pobreza en México. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), esta herramienta es fundamental para determinar el nivel de ingreso necesario para que las personas cubran sus necesidades alimenticias básicas.
La canasta alimentaria, según CONEVAL, es un conjunto de bienes y servicios básicos que permite a las personas satisfacer sus requerimientos mínimos de energía y nutrición. Su composición se basa en recomendaciones de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), asegurando que la alimentación sea adecuada en términos de calidad y cantidad.
El objetivo principal de la canasta alimentaria es proporcionar una referencia para medir la pobreza alimentaria. Esto implica identificar a las personas cuyo ingreso no les permite adquirir los bienes que componen dicha canasta, incluso si destinan la totalidad de su ingreso a este propósito.
El valor de la canasta alimentaria varía periódicamente y se actualiza con base en los índices de precios al consumidor, considerando tanto áreas urbanas como rurales. Por ejemplo, en diciembre de 2024, el valor mensual promedio de la canasta alimentaria urbana rondaba los 2,363 pesos por persona, mientras que en las zonas rurales era de aproximadamente 1,779 pesos.
Estas diferencias reflejan las variaciones en los precios y el costo de vida entre las distintas regiones del país. El valor monetario de la canasta alimentaria es muy importante para calcular la línea de pobreza extrema por ingresos. Esta línea representa el ingreso mínimo necesario para adquirir los alimentos que la componen, sin considerar otros gastos esenciales como vivienda, salud o educación.
La canasta alimentaria está compuesta por una selección de alimentos que cubren las necesidades calóricas, proteínicas y vitamínicas de la población. Los productos incluidos se clasifican en grupos principales, como cereales, leguminosas, frutas, verduras, productos de origen animal y otros alimentos procesados.
La canasta alimentaria es una herramienta fundamental para la formulación de políticas públicas orientadas a combatir la pobreza y garantizar el derecho a la alimentación. Además, permite monitorear las condiciones económicas y sociales de la población, así como evaluar la efectividad de los programas de desarrollo social.