La agricultura regenerativa es una forma de trabajar la tierra que busca restaurar y mejorar la salud del suelo, en lugar de simplemente extraer sus recursos. A diferencia de la agricultura convencional, que a menudo utiliza productos químicos y maquinaria pesada que degradan el suelo con el tiempo, la agricultura regenerativa imita los procesos naturales.
Este enfoque tiene como objetivo devolver al suelo lo que se le ha quitado, fomentando la biodiversidad, la fertilidad y la capacidad del suelo para retener agua y nutrientes. Consiste en prácticas que ayudan a que el suelo se mantenga vivo y saludable.
Estas prácticas incluyen la rotación de cultivos,la cual consiste en alternar los tipos de plantas que se siembran en un mismo terreno en diferentes temporadas. Esta técnica ayuda a prevenir el agotamiento de los nutrientes en el suelo, ya que cada tipo de cultivo extrae y repone distintos nutrientes.
Otra práctica son los cultivos de cobertura, esto se traduce en la siembra de plantas para proteger y mejorar el suelo, no necesariamente para cosechar. Estas plantas cubren el suelo entre temporadas o entre cultivos principales, evitando la erosión y manteniendo los nutrientes.
Otra importante práctica en la agricultura regenerativa es al no labranza o labranza reducida, en la cual se promueve la labranza mínima o nula para mantener la estructura natural del suelo, proteger a los organismos que lo habitan como lombrices y hongos beneficiosos, y prevenir la erosión.
El uso de compostaje y abonos orgánicos es una práctica esencial en la agricultura regenerativa. Estos materiales, como estiércol animal o restos vegetales, devuelven nutrientes esenciales al suelo sin necesidad de utilizar fertilizantes químicos.
Otro aspecto clave es la integración de animales de pastoreo, cuyo movimiento controlado ayuda a airear el suelo y fertilizarlo de manera natural con su estiércol. Origen y expansión de la agricultura regenerativa Este enfoque tiene sus raíces en prácticas tradicionales de cultivo que respetaban los ciclos naturales de la tierra.
El término agricultura regenerativa fue popularizado en los años 1980 por el agrónomo estadounidense Robert Rodale. Rodale propuso que, en lugar de simplemente mantener el suelo, era posible regenerarlo para que fuera aún más fértil que antes. Desde entonces, este enfoque ha ganado impulso, especialmente en países como Estados Unidos, Australia, y en varias regiones de América Latina y África.
Al trabajar con la naturaleza, en lugar de contra ella, los agricultores pueden aumentar la producción de alimentos de manera sostenible y a la vez contribuir a la salud del planeta. Además, los consumidores también se benefician, ya que los alimentos cultivados de forma regenerativa suelen ser más nutritivos.
En resumen, la agricultura regenerativa es una forma de volver a conectarnos con la tierra, produciendo alimentos mientras cuidamos del planeta. No se trata solo de sembrar y cosechar, sino de hacer que el suelo, las plantas, los animales y las personas prosperen juntos.