La agricultura regenerativa es un enfoque agrícola que busca restaurar y mejorar la salud del suelo, aumentar la biodiversidad y fortalecer los ecosistemas naturales mientras se produce alimento.
A diferencia de la agricultura convencional, que normalmente degrada los suelos y reduce la fertilidad con el tiempo, la agricultura regenerativa realiza prácticas como la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos, la agroforestería y el pastoreo rotacional para mejorar la estructura y fertilidad del suelo. Su objetivo no es solo mantener la producción agrícola, sino regenerar los recursos naturales para asegurar la sostenibilidad a largo plazo.
El concepto de agricultura regenerativa ha tomado relevancia en las últimas décadas, sus principios han sido utilizados desde tiempos ancestrales. Las civilizaciones indígenas de América practicaban técnicas agrícolas que promovían la regeneración de la tierra, como la milpa en Mesoamérica, donde el maíz, el frijol y la calabaza se cultivaban juntos para mantener la fertilidad del suelo. En la actualidad, movimientos ecológicos y científicos han promovido su implementación como respuesta a la crisis ambiental y la degradación del suelo en diversas partes del mundo.
Practicar la agricultura regenerativa trae múltiples beneficios tanto para los agricultores como para el medio ambiente. En primer lugar, mejora la salud del suelo, aumentando su capacidad para retener agua y nutrientes, lo que reduce la necesidad de fertilizantes sintéticos. También favorece la captura de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático al almacenar CO₂ en el suelo y en las plantas.
Además, promueve la biodiversidad, ya que fomenta la coexistencia de múltiples especies vegetales y animales en los ecosistemas agrícolas. Desde un punto de vista económico y social, esta práctica puede reducir costos de producción, mejorar la seguridad alimentaria y generar empleos en comunidades rurales.
En México, la agricultura regenerativa ha ganado terreno en varios estados, especialmente en aquellos con una fuerte vocación agrícola y desafíos de degradación del suelo. Entre los estados donde más se practica destacan Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Jalisco y Sonora, donde organizaciones, productores y cooperativas han implementado técnicas regenerativas para mejorar la productividad de sus tierras.
También ha cobrado relevancia en Baja California y Sinaloa, particularmente en sectores como el cultivo de hortalizas y la agroforestería. En estos estados, iniciativas locales han impulsado la adopción de prácticas regenerativas para hacer frente a problemas como la erosión del suelo y la crisis hídrica.
La agricultura regenerativa es una alternativa viable y sostenible para enfrentar los retos de la producción agrícola actual. Su práctica no solo beneficia al medio ambiente, sino que también ofrece soluciones concretas a la inseguridad alimentaria, la pobreza rural y el desperdicio de alimentos, haciendo de este modelo una estrategia clave para el futuro del campo en México y en el mundo.