Una reflexión que normalmente nos permite darle el valor a algo, es hacernos una breve pregunta; ¿Qué pasaría si no existiera ese algo? ¿Qué consecuencias tiene y para quién? Tal vez el dar por sentado algo, nos hace caer en el inevitable y riesgoso terreno de no valorar o dimensionar la importancia que exista, en este caso los Bancos de Alimentos, pero la reflexión aplica casi para todo.

Desde hace más de 30 años que en México existen los Bancos de Alimentos, han desempeñado un papel crucial en el apoyo a las comunidades vulnerables y en la lucha contra el hambre y la pobreza. La ausencia de estos tendría graves consecuencias tanto a nivel social como económico.

Uno de los efectos más inmediatos de la ausencia de Banco de Alimentos sería el incremento de la inseguridad alimentaria. Más de 45 mil personas dependen del Bancos de alimentos de Culiacán para obtener alimentos básicos y nutritivos. Muy probablemente si no existiera el banco, estas personas se verían en una situación de desesperación, sin saber cómo alimentar a sus familias.

Las afectaciones en temas de inseguridad alimentaria se verían más por grupos vulnerables. Los niños y adolescentes serían uno de los grupos más afectados. La falta de una alimentación adecuada puede tener consecuencias a largo plazo en su desarrollo físico y mental. Además, la inseguridad alimentaria puede afectar su rendimiento escolar y su capacidad de concentración, y lo más lamentable de esto es que estaría perpetuando un ciclo de pobreza y falta de oportunidades.

Si el Banco de Alimentos de Culiacán no existiera, otro gran sector afectado es el de los adultos mayores y las personas discapacitadas, este sector es uno de los más vulnerables de la sociedad y uno de los más atendidos por nuestra organización. Estos grupos a menudo tienen ingresos fijos y limitados, y dependen en gran medida de la asistencia alimentaria para sobrevivir. Sin este apoyo, su bienestar y salud se verían comprometidos.

En temas de impacto social, miles de familias que recurren al Banco de Alimentos cuando pierden su empleo, también verían reducidas sus posibilidades de atención alimentaria, porque recordemos que, en nuestra organización también damos atención inmediata a casos de emergencia, como lo hemos hecho en los últimos 4 meses en la región.

Y, por último, pero no por ello menos importante, tenemos el impacto ambiental por el desperdicio de alimentos. El Banco de Alimentos de Culiacán juegan un papel fundamental en la reducción del desperdicio de alimentos, rescatando productos que de otro modo serían desechados. Sin el Banco de Alimentos, una enorme cantidad de alimentos en buen estado acabaría en la basura, contribuyendo al desperdicio y al impacto ambiental negativo. El 2024, rescatamos casi 4 mil toneladas de alimentos, de supermercados, empresas del giro alimentario y sobre todo, del sector hortícola.

Ahora que ya dimensionamos un poco el impacto del Banco de Alimentos de Culiacán, hagamos le breve ejercicio de imaginar lo que pudiéramos hacer con un Banco 10 veces más grande, que pueda recolectar 10 veces más alimentos, ayudar a 10 veces más familias. ¿Crees que deba existir una organización así en Culiacán?