La composta es un tipo de abono orgánico obtenido a través de la descomposición controlada de materiales orgánicos como restos de alimentos, hojas, ramas, y otros residuos vegetales.
Se sabe que diversas culturas antiguas, como los egipcios, los griegos, los romanos, y civilizaciones en Asia, practicaban formas de compostaje para mejorar la calidad de sus suelos agrícolas. Estos métodos solían implicar el uso de estiércol animal y materiales vegetales en montones o pilas para facilitar la descomposición aeróbica y la producción de abono.
La composta tiene diversos beneficios como la de mejorar la estructura del suelo, aumentar la capacidad de retención de agua y nutrientes, y proporcionar nutrientes esenciales para las plantas.
Permite reciclar y reutilizar residuos orgánicos que de otro modo podrían acabar en vertederos, reduciendo así la cantidad de basura. Es un fertilizante natural y orgánico, libre de químicos y rico en nutrientes esenciales para las plantas. Ayuda a prevenir la erosión del suelo al mejorar su estructura y capacidad de retención de agua.
Existen varios tipos de compostas, principalmente clasificadas según los materiales que se utilizan y los métodos de compostaje. Aquí mencionamos algunos de los tipos más comunes.
Composta de jardín o doméstica: Es la composta que se realiza a pequeña escala en hogares o jardines. Se utilizan principalmente restos de cocina como cáscaras de frutas y verduras y restos de jardín. Composta de pilas o montones: Es el método más común para compostar a escala casera o comunitaria. Consiste en amontonar los materiales orgánicos en capas alternas de material verde (alto en nitrógeno) y material marrón (alto en carbono).
Composta en caja o contenedor: Similar a la composta de montones, pero se realiza en un contenedor cerrado o caja específicamente diseñada para compostar. Puede tener la ventaja de controlar mejor la humedad y temperatura.
Composta vermicomposta o también conocida como lombricomposta: Utiliza lombrices para acelerar el proceso de descomposición. Las lombrices se alimentan de los residuos orgánicos, acelerando la descomposición y produciendo una composta de alta calidad conocida como humus de lombriz.
El tiempo que lleva crear composta puede variar dependiendo de factores como la temperatura ambiente, la mezcla de materiales, la aireación y la humedad. En condiciones óptimas, el proceso puede durar desde unos pocos meses hasta aproximadamente un año para obtener composta completamente madura y lista para usar.