Los estragos y consecuencias de que al cierre de Julio tengamos una inflación del 7.99 por ciento según Banxico, son notoriamente más severos para los más de 853 mil Sinaloenses en pobreza.
Para dimensionar, en junio de 2020 la inflación estaba en 3.33 por ciento, dos años después vemos un incremento de más de 5 puntos porcentuales, su mayor incremento desde enero de 2001, y con estimaciones a seguir creciendo el 2022.
¿Pero qué significa este incremento en la inflación y en qué afecta a los más pobres? Hoy día se puede palpar más fácil esta difícil situación que aclaremos, no solo afecta Sinaloa y México, es una situación mundial que se ha aseverado mucho más en nuestro país.
Paliativos del gobierno federal contra la inflación no hemos visto muchos, el más conocido fue el del incremento al salario mínimo, donde la Comisión Nacional de Salarios Mínimos anunció el pasado 1 de diciembre del 2021 el acuerdo del nuevo salario mínimo, donde se acordó un incremento de un 22 por ciento, el porcentaje más alto en los últimos 34 años.
La escalada de precios es uno de los principales efectos de la inflación, y evidentemente a las familias de escasos recursos es a quiénes más les afecta, ya que su capacidad de compra de alimentos de la canasta básica se ve drásticamente afectada.
Ejemplos hay muchos, pero citemos solo dos de ellos, que puedan ser los más evidentes o a los que popularmente se han conocido más, ya sea por la preferencia en su consumo o por el gran incremento que se ha reflejado por la inflación.
El huevo es uno de los alimentos que más se consumen en México, inclusive es el país que más consume este alimento en el mundo, un promedio de 27 kilos por persona. Durante los últimos 3 años, el huevo ha tenido un incremento de hasta 21.50 pesos por kilo, un gran golpe para las personas con menos ingresos.
La tortilla es otro alimento de alto consumo, donde según datos de Profeco casi el 99 por ciento de las personas consume tortillas en su dieta diaria, y que en los últimos meses hemos visto un incremento en el precio de hasta 17 por ciento, más del doble de la inflación general. Según estimaciones de CONEVAL, en la zona urbana cada persona consume al año 56 kilogramos de tortilla, contra 79 kilogramos en la zona rural.
Solo por citar una alternativa; tenemos un estado pionero en la producción de maíz, aliados agrícolas dispuestos a donar y sumarse al combate de la pobreza por medio de los Bancos de Alimentos, la posibilidad técnica de elaborar tortilla y donarla a quien menos tiene ¿Por qué entonces no apoyar en fortalecer una organización como la nuestra?
Sin embargo, los gobiernos estatales siguen sin ver a los Bancos de Alimentos como un aliado estratégico en el combate contra los efectos de la inflación y los altos costos de los alimentos de la casta básica, porque nadie puede negar la gran ayuda que ha sido para los gobiernos, que instituciones como Banco de Alimentos de Culiacán, ayude cada año a más de 50 mil Sinaloenses.
Hace un par de meses que nos reunimos con el gobernador Rocha Moya, precisamente para presentarle esta y más alternativas para ayudar a quién menos tiene, y que, si bien aún no se ha podido materializar algún tipo de apoyo, tenemos la esperanza en que sí sucederá.